La videovigilancia es muy necesaria en el transporte público, ya que garantiza la seguridad de los pasajeros, el vehículo y el conductor. Además, contribuye a limitar las posibles distracciones y a mantener un control sencillo. No obstante, y como te imaginarás, los sistemas implementados han evolucionado con el tiempo. Pero ¿conoces los cambios que se han introducido?
En términos generales, el comportamiento de los pasajeros es cívico y no entraña problemas graves. Esto ocurre tanto en los viajes de corta como de larga distancia. Las personas ocupan los sitios disponibles o se mantienen de pie sin generar mayores conflictos. También suelen entrar y salir del vehículo de manera ordenada y sin provocar grandes complicaciones.
Sin embargo, siempre existe el riesgo de que ocurra algún problema, como por ejemplo, una discusión. Podría darse un encuentro entre dos viajeros que se llevan mal y no reprimirse. Ante estas situaciones, conviene actuar lo más rápido posible, ya que podrían agravarse. Además, hay algunas normas generales que los conductores pueden indicar a los pasajeros.
Por ejemplo, durante el trayecto interurbano deben sentarse de manera adecuada o agarrarse bien a las barras estando de pie. Asimismo, el pasajero evitará molestar al conductor o hacer que pierda la concentración, ya que pondría en peligro al resto de personas, tanto en el vehículo como en carretera. También tendrán cuidado al subir, algo que harán una vez el bus se haya detenido.
Como ves, son indicaciones de sentido común que la mayoría de pasajeros cumple. Muchas de ellas son comportamientos que surgen de manera natural. Al fin y al cabo, los primeros interesados en un viaje tranquilo y sin sobresaltos son ellos mismos. Así que, tienen un fuerte incentivo para no resultar molestos mientras permanecen o esperan al vehículo.
Las cámaras de vigilancia han irrumpido hace unos años en los autobuses. Pese a que el comportamiento del viajero suele ser positivo, no está de menos controlar que así se mantiene. El riesgo de que ocurra un problema, aunque sea bajo, siempre existe. Asimismo, al disponer de dispositivos de seguridad, se disuade a quien pretenda romper la tranquilidad del vehículo.
Para cumplir con este objetivo antes de la introducción de las cámaras, el conductor disponía de algunos recursos a su alcance. El más sencillo consistía en un espejo que le permitía comprobar todo el vehículo, a lo que contribuye el propio diseño de los autobuses. Al ser un pasillo alargado, no hay lugares en los que esconderse. Así, era posible vigilar desde el asiento del piloto, aunque este tenía que apartar la vista de la carretera.
Con el tiempo, se incluyeron las primeras cámaras, que se limitaban a grabar lo que ocurría. La imagen se mostraba al conductor e, incluso, a los propios viajeros en una pequeña pantalla. En estos momentos iniciales, se solía instalar una sola cámara que abarcaba todo el vehículo.
En la actualidad, los autobuses llevan varias cámaras ubicadas en puntos estratégicos, como las puertas de entrada y salida. Las imágenes que muestran son de alta resolución, se retransmiten a un centro de control y al propio conductor. Además, incorporan inteligencia artificial para analizar lo que está ocurriendo. De este modo, se aumenta la seguridad de los pasajeros y la del piloto.
Para garantizar la protección de los pasajeros y el conductor, es necesario disponer del mejor sistema. Controlar lo que ocurre dentro y fuera del autobús es esencial. De este modo, no solo evitas comportamientos indebidos, sino que dispondrás de grabaciones que aportar como prueba en caso de denunciar un delito. También son de utilidad para resolver otros conflictos, como una falsa reclamación.
El sistema de Azimut utiliza cámaras que muestran imágenes en Full HD. Ofrecen una gran claridad en la oscuridad y un buen equilibrio de blancos automático, además de contar con infrarrojos para actuar durante la noche y un diseño robusto. De esta forma, cumplirán con su labor en todo momento y sin que tengas que preocuparte por ellas.
En cuanto a los monitores, las imágenes recibidas son de calidad y sin retardo, y el acceso a las grabaciones es sencillo. Se puede optar por el modo de visión normal o de espejo, no reflejan la luz y disponen de identificación del conductor con tarjeta. Así, el piloto tendrá un control absoluto de lo que está ocurriendo en el vehículo, lo que le permite actuar en el acto.
Para terminar este punto, el sistema te ofrece servidores en los que almacenar las imágenes. Es posible conectar hasta ocho cámaras, seguir con GPS el vehículo y acceder a él desde cualquier lugar. Si sucede un contratiempo, recibirás un aviso en tu correo electrónico, por lo que no perderás tiempo para responder ante una eventualidad.
Al usar el sistema de Azimut, obtienes una serie de beneficios que debes conocer. Gracias a ellos, tu flota de autobuses estará protegida:
En definitiva, la inclusión de sistemas de videovigilancia en el transporte público es todo un acierto para proteger la seguridad de los pasajeros. Estos se sentirán más tranquilos y disfrutarán de un viaje sin sobresaltos. Recuerda que en Azimut te ofrecemos la tecnología que necesitas para mejorar tu flota de autobuses. ¡Contáctanos para conocernos!
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