Un accidente en Madrid ha tenido como protagonista a un autobús. El suceso afectó a una pareja de ancianos, quienes sufrieron heridas de diferente índole. Al no disponer de los sistemas adecuados, el conductor no vio la posición de las dos personas. ¿Qué es lo que sucedió exactamente? ¿Cómo podemos evitar este tipo de situaciones?
Este suceso se dio el martes dos de febrero en la Gran Vía de Madrid. Si bien no fue de gravedad, dos ancianos resultaron heridos por un autobús de la Empresa Municipal de Transportes. La pareja recibió diversos golpes mientras estaban esperando para cruzar un paso de cebra. En ese momento, el autobús pasó demasiado cerca y les impactó.
El resultado fue que la mujer, de 68 años de edad, sufrió un traumatismo facial y un hombre, de 67, un traumatismo craneoencefálico moderado. Ante estos daños, este último tuvo que ser trasladado en ambulancia al Hospital Gregorio Marañón, donde fue ingresado en estado grave. Su pareja fue atendida en el mismo lugar del accidente y posteriormente fue trasladada por sanitarios del Samur-Protección Civil al Hospital Clínico.
Ante estos hechos, la Policía levantó una investigación para esclarecer los acontecimientos. En ese sentido, la información de los testigos presentes y las cámaras de tráfico fueron fundamentales para reconstruir los acontecimientos para comprender qué es lo que ocurrió. Además, pese a que el conductor del vehículo no sufrió daños físicos, tuvo que ser atendido por una psicóloga.
Como ves, se trata de un accidente desafortunado. La pareja esperaba a poder cruzar el paso de peatones y el autobús pasó demasiado cerca, tanto que les golpeo. Dado el tamaño del vehículo, en ocasiones resulta difícil ver lo que se encuentra en los laterales o en la parte de atrás. De hecho, hay puntos muertos que no se pueden comprobar, lo que resulta peligroso. No obstante, si los vehículos contaran con las tecnologías adecuadas, estas situaciones no sería noticia.
En la actualidad, existen sistemas de seguridad que dan información muy valiosa al conductor. Un ejemplo de ello sería dotarle de asistencia basada en inteligencia artificial. Así, sus sentidos se verían expandidos, lo que mejoraría su rendimiento y evitaría diversos accidentes. Pero ¿en qué consisten estos sistemas?
Una de las soluciones que puedes instalar en un autobús es el sistema ADAS, un conjunto de algoritmos basados en deep learning que avisan al conductor al detectar peligros. Su principal objetivo es mejorar la seguridad en los autobuses y otros vehículos pesados gracias a la inteligencia artificial. Para ello, cuenta con sensores y cámaras para detectar peatones, controlar la distancia respecto al resto de vehículos o si se encuentra en el carril adecuado.
Para que te hagas una idea, el sistema de detección de peatones (PCW o pedestrian collision warning) hubiera sido de gran utilidad para prevenir el accidente anterior. Este tipo de solución es tremendamente efectiva para evitar un atropello, ya que es capaz de localizar peatones en la parte frontal del vehículo y generar una señal visual y acústica en el salpicadero. De este modo, si el conductor no se da cuenta de su presencia, el sistema siempre estará vigilante. Le emitirá un aviso con tiempo suficiente para que este reaccione y sea capaz de tomar las decisiones oportunas para impedir una posible tragedia.
Por su lado, el sistema BSD se centra en la detección en tiempo real peatones, ciclistas y motoristas en los ángulos muertos. Al igual que en el anterior caso, el conductor dispone de una inteligencia artificial que le asiste durante la conducción. Le ofrece información en tiempo real sobre lo que ocurre en zonas críticas, las cuales no puede llegar a ver de manera adecuada.
Un buen ejemplo son los laterales de un vehículo de grandes dimensiones. Pese a los retrovisores, el conductor no llega a ver todo lo que ocurre en el lateral. En la parte media se conforman ángulos muertos en los que la visión es imposible. Si un peatón o un coche se situara en esta posición, no se podrían ver, por lo que no se conseguiría actuar a tiempo y evitar un accidente.
Además, el sistema puede ajustarse en función de las necesidades y características del vehículo. Para ello, la instalación de sensores de infrarrojo será fundamental para determinar la posición de otros usuarios de la carretera. Gracias a ellos, será posible calcular su posición en tiempo real para reducir las probabilidades de una colisión.
También cuenta con tecnología de aprendizaje automático e inteligencia artificial, lo que le permite determinar situaciones peligrosas con mayor precisión. Con la experiencia acumulada, será capaz de mejorar su desempeño, algo que ayudará al conductor en todo momento.
El sistema distingue entre dos zonas de actuación. La primera se destina a posibles riesgos y muestra la imagen en tiempo real con un recuadro amarillo rodeando al objetivo, como puede ser un peatón. Cuando se alcanza la segunda, emite sonidos en la cabina del conductor y una señal de alerta visual. A su vez, el objeto detectado se marca en rojo, ya que el riesgo de impacto se considera demasiado alto.
De esta forma, cualquier peatón, ciclista o vehículo cercano y en un ángulo muerto será detectado a tiempo. El conductor tendrá toda la información que necesita para tomar las decisiones pertinentes. Por ejemplo, en el suceso de esta noticia, la combinación de ADAS y BSD hubiera detectado a la pareja con antelación. Al principio cuando se encontraban en la parte frontal del autobús y luego en los laterales con punto muerto.
En definitiva, pese a que el accidente en Madrid no tuvo fatales consecuencias, podría haberse evitado con las soluciones tecnológicas adecuadas. Gracias a la implementación de los sistemas ADAS y BSD, tienes la posibilidad de reducir al mínimo el riesgo de provocar un accidente de diferente gravedad. De esta manera, los conductores dispondrán de información en tiempo real de lo que ocurre cerca del vehículo. Esto les permitirá tomar las acciones necesarias con la suficiente antelación para evitar problemas graves.
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